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Elektron

  • Foto del escritor: Daniel O
    Daniel O
  • 29 oct 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 23 sept 2022

Una breve historia...

Elektron

Acaba de llegar a aquella gran ciudad frente al mar y se encontraba muy ansiosa. Era el primer día en la secundaría de Ámbar. Se encontraba muy emocionada por conocer nuevos amigos. Su primera clase era de ciencias, estaba muy emocionada de saber más del mundo que nos rodea en esta nueva etapa de su vida.

El primer mes de clases fue muy divertido, conociendo la estructura atómica Aprendió que los átomos están formados por electrones, protones y neutrones. Los electrones giran alrededor de un núcleo compuesto de neutrones y protones le había indicado el profesor. Los electrones poseen carga negativa y el nucleó está formado por protones que poseen carga positiva, por tanto, los electrones son atraídos hacía el núcleo y se mantienen girando a su alrededor. A Ámbar le había gustado la astronomía desde siempre, ver las estrellas y aprender el nombre de las constelaciones, el giro de los electrones alrededor del núcleo le recordaba al sistema solar, donde la tierra junto a otros planetas gira alrededor del sol, el centro o núcleo del sistema. Se asombraba de las similitudes que podrían existir entre ese mundo atómico y los planetas.

El siguiente tema fue acerca de Thomson, el científico inglés descubridor de los electrones y Rutherford, un científico neozelandés, que describió el núcleo del átomo. Ambos ganadores de premios nobel por sus novedosas teorías que permitieron la compresión de la estructura del átomo generando un desarrollo acelerado de las ciencias. La radiactividad, los procesos de óxido-reducción, la explicación del fenómeno fotoeléctrico, la bioquímica, entre otras áreas se sustentaron sobre estos pilares, la materia está compuesta por átomos formados por neutrones, electrones y protones. Ámbar discutía con sus nuevos compañeros como estas nuevas ideas cambiaron el mundo y produjeron adelantes jamás antes vistos, creando un circulo muy unido. Por ese entonces, Ámbar ya se había acostumbrado a su nuevo vecindario. Había ingresado al club de ciencias de la escuela y se reunía 1 vez a la semana con ellos para comentar y profundizar los temas vistos en clase.

Durante su última clase, una semana antes de vacaciones, empezaba el tema de como los electrones se disponían alrededor del núcleo. Esto le interesaba mucho a Ámbar, ya sabía que los átomos se diferenciaban por sus números de protones (igual al número atómico), y que los átomos neutros (carga cero) tenían el mismo número de protones y electrones. Pero no podía imaginarse como los electrones se podían ordenar entre ellos y girar alrededor del núcleo. Paso muchas noches pensando en ese problema, pensó que nunca llegaría ser buena en ciencias si no lo llegaba a comprenderlo.

Cuando inicio la clase, el profesor dijo que imaginasen que ellos eran electrones, y que iban a ingresar a un colegio nuevo, este colegio tenía 4 modelos de carpetas en donde podían ubicarse un número especifico de alumnos. Las carpetas podían tener 2, 8, 10 y 14 alumnos cada una. Luego, indico, que el colegio tenía 5 aulas, cada aula tenía distinta cantidad y modelos de carpetas. Ámbar pensaba - todo parece bastante simple -, los alumnos (electrones) llegarían y llenarían los salones hasta ocupar todas las carpetas. Se sentía muy animada. Pero el profesor indicó, hay una regla para ocupar las aulas. Las aulas no siempre tienen que estar completamente llenas antes de pasar a la siguiente. Ámbar volvió a sentirse muy confundida, como puede ser posible ello. Fue cuando el profesor empezó a dibujar en la pizarra una gráfica de las aulas (unos rectángulos), una sobre otra, y agrego las carpetas (rectángulos más pequeños) en su interior. Cada aula tenía un número distinto de carpetas, en la primera aula solo entraba 1 carpeta para 2 alumnos, en la segunda aula entraban 2 tipos de carpetas, para 2 y 8 alumnos, y así sucesivamente hasta ocupar la última aula, con 4 tipos de carpetas, para 2, 8, 10 y 14 alumnos. Mientras graficaba, el profesor decía, hasta este momento, ustedes han representado a los electrones, pero los electrones a diferencia de ustedes cumplen una regla para ocupar el aula, repitió. Las aulas representan los niveles de energía a nivel atómico, y las carpetas los orbitales. Con una línea empezó a trazar unas líneas oblicuas, el camino de cómo se ocupaban las carpetas. Comentando al final, que les recuerda esta figura, nadie pudo responder, entonces el profesor continúo graficando, esta vez unió las líneas oblicuas creadas entre sí con nuevas líneas. La figura formada parecía una cordillera, Ámbar recordaba los majestuosos andes nevados de su pueblo, algo magnífico, el cual se conocía como la regla del serrucho, aunque a ella se le hubiera ocurrido un nombre mejor. Ámbar se sentía muy contenta de lo aprendido, pensó que un día podría hacer grandes descubrimientos como Thomson y Rutherford, además, se acercaban las vacaciones.

El útlimo día de clases, antes de finalizar la clase, Ámbar pregunto – ¿de dónde viene la palabra electrón? El profesor estaba muy contento de haber despertado el interés en los jóvenes, En ese momento, Ámbar aprendió que su nombre en griego era Elektron, empleado para describir esas piedras que al ser frotadas generaban una corriente estática en su superficie que le permitía atraer objetos ligeros, el “anbar” en árabe. Ámbar había aprendido como se organizaban los átomos y que su nombre también fue empleado para describir esas partículas subatómicas descubiertas hace poco más de 100 años, el origen de la palabra electrón.

Rumi-Rumi

Cita: Rumi-Rumi. Elektron. Octubre 2020. Procesoptimo.

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